Cabellos de bosque
ojos cielo de noche,
Y cuerpo de hombre, y alma de viejo.
Dormido y callado,
Estoy navegando por la razón de tu mar,
calando en la orilla de tu ombligo,
piernas que me guardan a la cima del silencio
a un trozo impar de tu piel,
aquí hay tranquilidad.
Infante inquieto que besa mis sienes con boca carmesí,
Madurez inquieta, tosca e inmensamente equivocada.
Te escribo de lejos,
de un sentimiento fiel y sufrido,
Pero calmado como las montañas,
como esas que cuidan la playa de mi vida,
que me ha visto desnudo.
Como tú.
Como tú.
Cabellos de bosque, cuerpo alumbrado.
Ojos cielo de noche,
Llorar, llorar y llorar.
Y cuando tu osamenta se fascinó por mi materia,
rompimos aquella famosa ley,
y los polos iguales hicieron atracción
rompimos aquella famosa ley,
y los polos iguales hicieron atracción
Y aprendimos el lenguaje de los huesos.
Muchacho anclado a mi mente y yo a tus piernas,
Amarrado, amarrado a tu cuerpo
Y alma de viejo dormido y callado.
Siempre.
2 comentarios:
Me encantó este post... :)
Bonitas palabras...
"Saludos monocromáticos"
Pura Poesía, poesía pura.
Alex
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