lunes, marzo 08, 2010

La mayor relación de todas


Llevo días pensando sobre relaciones y lo complejos que somos ante ellas, entonces llegué a la conclusión de que todo está basado realmente en relaciones. De este modo empecé a clasificar, tal vez por tiempo de sobra: están las nuevas, esas que recién llegan a nosotros, que traen un mar de expectativas, debería ser algo propio de vivir tener esta clase de relaciones. Pero cuando estas fallan es bueno recordar que tenemos también las viejas relaciones, esas que alguna vez fueron nuevas y sobrevivieron para contarlo, las que llevamos con aquellos que han caminado hace mucho los mismos pasos que hemos dado con nuestros zapatos, esas que aún llevamos con nosotros y se han convertido en una buena razón para seguir por estos lados y no correr lejos.

Mentí, no tengo días... llevo toda la vida pensando sobre relaciones.


Damos, recibimos, esperamos, actuamos, perdonamos, cambiamos, lastimamos, sanamos, aprendemos, crecemos, seguimos adelante y empezamos otra vez. Tal vez la vida es tan sólo una gran relación en conjunto, un sistema de relaciones global que a veces se sale de control. Hay cosas que sólo seguimos sin saber por qué. Y dentro de un mundo de relaciones conocemos gran cantidad de facetas propias. Nos convertimos en hijos, amigos, novios, novias, hermanos, conocidos, jefes, empleados, padres, amantes, esposos, rivales, enemigos, y hasta en recuerdos. Cada una de nuestras caras es diferente, quizá sólo somos un universo conformado por un millón de emociones, y entonces empezamos a tener distintos tipos de relaciones, queramos o no.

Finalmente hay una relación que es más importante que todas, esa que tenemos con aquella persona con quien lidiamos cada día, la que aprendemos a soportar por no tener más remedio, es decir, Nosotros mismos. Qué somos con nosotros, afrontando cada cambio puedo asegurar que el mayor resultado de todas las relaciones es conseguir estar bien contigo, que conseguir personas que te acompañen en tu camino en una bendición, y que encontrar a alguien que te ame tanto o más que tú... eso es sencillamente fabuloso, el resto tal vez surja solo.

2 comentarios:

  1. tienes toda la razon, yo todavia no decido si deje de pelear conmigo mismo. Menos mal que tu me ayudas con eso xd

    ResponderBorrar
  2. Tan sublime y cierto como todo lo que Arzola escribe (al menos lo que he leído)

    En el momento que pensamos que el otro es más importante que nosotros es alli cuando empezamos a perderlo.

    "quererse a uno mismo es el inicio de un largo romance" Oscar Wilde

    ResponderBorrar

Aquí Estaremos.