Para cuando desperté la grama estaba caliente, lo suficiente para molestarme y empezar a picar en mi cara, sentí que el sol me dio una cachetada para hacerme abrir los ojos, y entonces, algo cayo brutalmente con el peso suficiente de una piedra frente a mis ojos, bum! fue un golpe seco, logré enfocar la mirada en el objeto, era un aguacate, así supe que era temporada de aguacates. Al empezar a detallar pude ver sangre sobre la grama, era mía. Una noche antes pensé que daría tal vez mi ultimo aliento, corrí sintiendo que dejaba pedazos de mi cuerpo en el aire, tomé una gran piedra y empecé a martillar contra un muro para hacer agujeros y hacerme una escalera, trepé desesperadamente, las palmas de mis manos estaban rojizas, las rodillas me ardían, se me rasparon contra la pared como fósforos intentando encenderse, estaba sudado y desesperado, recuerdo subir el muro, recuerdo ver un patio con un gran árbol, perder casi la respiración y con esto el equilibrio, luego caí, fue violento pero esa palabra ya me era familiar; el piso fue como el castigo final, la firmeza luego de volar por los aires, el golpe en la cara, el dolor en todo el cuerpo, me sentí ido, me sentí libre, cuando aterricé me sentí cagado, luego me desmaye o algo así .
Recuerdo pensar que iba a morir luego de haber escapado, habían rastros de mi sangre en la grama y la cabeza me dolía terriblemente, de hecho todo el cuerpo me dolía, sentí no tener fuerzas para coger vuelo, para ponerme de pie, sin embargo, las mismas fuerzas que me hicieron huir me hicieron apoyar mis ardidas manos sobre la grama caliente y entonces logré sentarme y ver al cielo, la mata de aguacates y una vieja casa que parecía abandonada, sentí una especie de calma ajena aunque el calor era horrible, entonces otro aguacate cayó de golpe cerca de mí en ese instante escuche los gritos de ella atacándome otra vez, mi piel se erizó, me hizo reaccionar, me levanté, vi un portón azul un poco oxidado que abría desde adentro, luego salí del sitio, con la cabeza rota, la cara sucia, las rodillas raspadas ... pero con la seguridad de que ahora estaría mejor que como estaba. Era temporada de aguacates, era temporada de ir por mi cuenta.
2 comentarios:
Sabes que me encanta como usas metaforas de esa forma, no puedo dejar de pensar que es diferente, diferente a lo que habias escrito antes, se acabaron los kilomentro y comienza otra etapa, me gusta como comienza, tu me obligas a algo que no veo salida pero creo que es que no la quiero ver.
o a lo mejor estoy mas frito que arepa de niño de pre-escolar y me estoy imaginando todo.
Yo se que cada quien tiene su estilo propio de escritura, y tampoco es mi intentación decir "quiero escribir como tú"... pero no puedo evitar, y creo que ésto lo he dicho antes, pensar cómo tu escritura pareciera ser tan sencilla y directa, a diferencia de lo adornada que es la mía, demasiado quizás... jeje
Algún día espero poder separar mi escritura de tantos accesorios y maquillajes e intentar mostrarla de una manera más simple y natural, y espero también que el resultado sea algo al menos la mitad de bueno que ésto que acabo de leer.
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