Nunca pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad.
Frida Kahlo.
Tal vez tenía menos de 17 años cuando el diario de Frida llegó a mis manos, luego de las primeras páginas leídas, la imagen de una mujer se convirtió en el sinónimo visual del dolor físico en mi mente, y luego del emocional. Los accidentes. El nunca poder ser madre, la libertad manejada en otros conceptos, el matrimonio, el elefante y la paloma, el amor, el odio, Diego, tus mujeres, las de él, tu dolor... tu dolor; cuánta pintura roja. Y el lenguaje del lienzo y los colores para gritar.
"Espero alegre la salida y espero no volver jamás"
Feliz cumpleaños Magdalena, que te pintabas tanto a ti misma por todo el tiempo sola, y es que tu primer nombre, después de todo era un nombre que desde la historia ya estaba llorando. Pintura y poesía del dolor.
Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior.
PD: Gracias especiales a Niurika Rangel por posar para mí.
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