Si no ves, no puede hablarse sobre la existencia
Si no ves, se va la bendición de la verdad.
No hubo testigos sobre la vulnerabilidad de aquella madrugada
cuando luego de lágrimas nos besamos
y nos quedamos dormidos mientras llovía afuera.
Ahórrate el diminutivo si el cariño es diplomacia
yo nunca supe qué hacer con lo que se da para luego arrancarse.
No podría esperar que el veredicto apelara a mi favor,
cuando las evidencias no pueden sostenerse;
cualquier cosa puede ser mentira,
y he visto mentir a la misma boca que besa.
y he visto mentir a la misma boca que besa.
No puede hablarse sobre la existencia de algo nunca visto
sin someterse a quedar como el tonto más grande del mundo.
Los besos se harán entonces saludos, y luego, miradas esquivas,
en los sitios donde fuimos dos y ahora nada combina.
No hubo testigos cuando dijiste: amar
Y aquellas sillas de mis defensas estaban vacías.
Cuando tu profesional irresponsabilidad alegó al deseo
Y no podría esperar un milagro en un mundo que nunca creyó en Dios.
No hará faltar volver a decir que no saldremos del territorio llamado amistad,
aún cuando no hacíamos cosas de amigos.
Luego el tiempo hará el surco y serás el norte mientras yo el sur.
No hubo testigos cuando tu mirada brillaba como la luna
sobre el agua mientras me veías sobre tu almohada.
Cuando los suspiros eran calor en la noche helada.
Cuando los suspiros eran calor en la noche helada.
No podría esperar que el veredicto me salvara.
Tú nunca entendiste la fuerza de mi fragilidad.
Y ahora no podría esperar que te responsabilizaras por mi amor.
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