La contracultura se hace estética. La violencia verbal y visual forman parte de los elementos que describen el teatro In-yer-face. Temas prohibidos protagonizan escenas y escritos pertenecientes a este genero. Sadismo. El nihilismo se despega de las teorías y se vuelve desprecio y protesta. El absurdo se vuelve intenso e impresionista; entonces llega la polémica. Las cosas que pensamos y no decimos. El sexo. La vulgaridad. Se dividen los sentimientos buscando quebrantar los primarios ¿Pero a caso el concepto In-yer-face podría abarcar más que el teatro? .
En 1938 Antonin Artaud presentó: El teatro y su doble. Aportando de este modo una propuesta basada en el impacto y la posible marca que pudiese dejar al espectador.
Tomando el teatro como literatura podría llevarse el puro concepto de escribir bajo esta estética. Entonces Personajes como Alex de A orange clockwork podrían figurar como belleza de destrucción y podríamos empezar a entender esta expresión como algo más que un movimiento teatral, haciendo finalmente un movimiento literario. El propio Anthony Burguess escritor de la homónima novela A orange Clockwork (La naranja mecánica) mencionó alguna vez: "Es tan inhumano ser totalmente bueno como totalmente malvado. La maldad tiene que existir junto a la bondad para que pueda darse esa elección moral." De este modo podría el in-yer-face detrás de toda la brutalidad y despiadada presentación, tener bases filosóficas en lo que explicaba Thomas Hobbes en su obra Leviatán "La guerra de todos contra todos" con el matiz de bases poéticas como expresión. ¿Es a caso esta violencia inventada?
La literatura como el teatro tienen bases en lo conocido. Porque incluso la ficción necesita el suelo de la realidad para proyectarse. Entonces este movimiento toma la violencia innegable del ser humano y la proyecta como arte. Porque no podría hablarse de la violencia como inhumana, cuando el humano es visiblemente violento. Solemos usar el termino humanismo para referirnos a lo delicado y bondadoso, mientras es el humano quien ha creado las mayores matanzas del mundo. Abordando el pensamiento de Schopenahuer;"El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales" cuyas doctrinas inspiraron a muchos autores in-yer-face como a la española Angélica Liddell en cuyo sitio web se puede apreciar uno de sus pensamientos: "La vida es una cosa despreciable. He decidido pasarme la existencia pensando en eso."
Viendo este movimiento como una expresión literaria, los matices del nihilismo, sobre la negación de un propósito superior se desvanece. La salvación parece algo inalcanzable. Más allá de lo teatral puede apreciarse alto contenido poético, el uso de lo que no se dice, la brusca aparición en escena de lo que no quisiéramos ver. desde las rompesquemas letras de Sarah Kane, grande en el teatro británico con gritos de negación, dependencia, amor como arma filosa y mortal:
"Asfixié a los judíos, maté a los kurdos, bombardeé a los árabes, me cogí a niños pequeños mientras pedían misericordia, los campos de exterminio son míos, todos se fueron del partido por mí, te voy a arrancar los ojos de un mordisco mandárselos a tu madre en una caja y cuando me muera voy a reencarnar en tu hijo pero cincuenta veces peor y más loco que todos los hijos de mil putas juntos voy a hacer de tu vida un infierno viviente ME NIEGO ME NIEGO ME NIEGO NO ME MIRES"
Sarah Kane, 4.48 Psicosis
hasta los explosivos poemas de la venezolana Miyó Vestrini.
El primer suicidio es único.
Siempre te preguntan si fue un accidente
o un firme propósito de morir.
Te pasan un tubo por la nariz,
con fuerza,
para que duela
y aprendas a no perturbar al prójimo.
Cuando comienzas a explicar que
la-muerte-en-realidad-te parecía-la-única-salida
o que lo haces
para-joder-a-tu-marido-y-a-tu-familia,
ya te han dado la espalda
y están mirando el tubo transparente
por el que desfila tu última cena.
Apuestan si son fideos o arroz chino.
El médico de guardia se muestra intransigente:
es zanahoria rallada.
Asco, dice la enfermera bembona.
Me despacharon furiosos,
porque ninguno ganó la apuesta.
El suero bajó aprisa
y en diez minutos,
ya estaba de vuelta a casa.
No hubo espacio donde llorar,
ni tiempo para sentir frío y temor.
La gente no se ocupa de la muerte por exceso de amor.
Cosas de niños,
dicen,
como si los niños se suicidaran a diario.
Busqué a Hammett en la página precisa:
nunca diré una palabra sobre tu vida
en ningún libro,
si puedo evitarlo.
Siempre te preguntan si fue un accidente
o un firme propósito de morir.
Te pasan un tubo por la nariz,
con fuerza,
para que duela
y aprendas a no perturbar al prójimo.
Cuando comienzas a explicar que
la-muerte-en-realidad-te parecía-la-única-salida
o que lo haces
para-joder-a-tu-marido-y-a-tu-familia,
ya te han dado la espalda
y están mirando el tubo transparente
por el que desfila tu última cena.
Apuestan si son fideos o arroz chino.
El médico de guardia se muestra intransigente:
es zanahoria rallada.
Asco, dice la enfermera bembona.
Me despacharon furiosos,
porque ninguno ganó la apuesta.
El suero bajó aprisa
y en diez minutos,
ya estaba de vuelta a casa.
No hubo espacio donde llorar,
ni tiempo para sentir frío y temor.
La gente no se ocupa de la muerte por exceso de amor.
Cosas de niños,
dicen,
como si los niños se suicidaran a diario.
Busqué a Hammett en la página precisa:
nunca diré una palabra sobre tu vida
en ningún libro,
si puedo evitarlo.
Miyó Vestrini, Zanahoria Rallada.
El odio y el dolor; la representación de la muerte como liberación. Pero más allá que algún mensaje pro-suicidio. La creación de la poesía rompe esquemas de lenguaje. Toma significado lo subjetivo, y la contra-cultura se hace cultura. El uso de los espacios vacíos y la pertinencia de los matices absurdos rompen con los estilos acostumbrados de poesía o dramaturgia. Los lectores de algún texto in-yer-face soltarán el libro o material que estén leyendo, o clavaran sus ojos buscando una repetición. Atreverse a escribir sobre lo no admitido, sobre lo que nadie quiere leer es el mayor riesgo de todos. Podría ser este estilo literario la masa negra que hace balanza ante la blanca. La otra parte que existe pero que sólo miran los curiosos. Inclusive Martin McDonagh ha llevado esta literatura cruel a la dramaturgia y el cine, manifestando el In-yer-face como un movimiento que puede traspasar el teatro. Más que una simple estética "Gore", obteniendo el Oscar en 2006 por mejor cortometraje (Six shooter).
La manifestación poética nace de los rincones de la oscuridad común. Describiendo de este modo su obra:
"Son diálogos que intentan reflejar la manera en la que hablamos de verdad. Si apuntásemos todo lo que decimos a lo largo de un día, parecería de locos. Es muy difícil hacer eso en una obra, pero intenté reproducir esa especie de locura del discurso."
La abstracción literaria se presenta en algunos casos. Retomando las obras de Kane y McDonagh. Por tanto una obra violenta y abstracta podría tener criticas semejantes a las iniciales del padre de lo abstracto Wassily Kandinsky. Quién por mostrar una idea distinta encontró un camino primeramente difícil hasta alcanzar el reconocimiento. Pero puede entenderse la literatura tan mágica como atroz por tener base en la realidad. Como un creador de estímulos psicológicos que busca en este caso crear sensaciones y no comportamientos. Mostrando de este modo el sentido moral, desarmado desde el punto de vista negativo para contrastar el positivo.
Podría incluso aquel manifiesto de Antonin Artaud, quien afirmaba, no se debía abrumar al público con preocupaciones cósmicas trascendentes; Sobre el teatro de la crueldad, aplicar enteramente dicha idea a la creación de una obra o novela bajo la tendencia o doctrina de este genero tomando en cuenta.
"sin un elemento de crueldad en la base de todo espectáculo, no es posible el teatro. En nuestro presente estado de degeneración, sólo por la piel puede entrarnos otra vez la metafísica en el espíritu."
Primer manifiesto del teatro de la crueldad
Antonin Artaud
Cada movimiento literario o artístico se manifiesta diferente en cada artista. Cada época a dictado el escenario de una expresión. Y está en nosotros rehusar la visión de otros o atrevernos a aportar algo propio. Por eso desde Miyó Vestrini hasta Fernando Arrabal o Alejandro Jodorowsky las letras marcadas de esta envenenante expresión tendrán seguro, un hijo de puta, gritado de distinta forma y con distinta emoción.
Genial tu post mi niño, GENIAL. Obviamente Jodorowsky mantiene un cierto alejamiento con respecto a Artaud. Este primero ama las letras, el segundo detesta las letras en el teatro, pero ambos van por el camino del teatro del pánico que comenzó en Artaud de manera teórica aunque ya la práctica se llevaba a cabo desde hacia tiempo.
ResponderBorrarValoro inmensamente tu opinión.
ResponderBorrarInteresante...
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