Hubo tragedia en los minutos negros
Estaban luciérnagas tristes que se las comía el tiempoSe magnetizaron iris y pupila,
la tuya, la mía.
la tuya, la mía.
La lengua llave y en tu piel tantas renuentes cerraduras.
Veía a mi querido amigo ignorando la curiosidad
Había dos sentimientos desnudos y la condena se burlaba
Estaba el entusiasmo roto y llovía a ratos
Y yo me atreví a pensar que acabaríamos juntos.
Y cuando el tacto hizo presencia yo pensé que duraría
Pero no duró.
Y no se trató de mí o de otro.
Era que el fracaso andaba por ahí.
Y yo te quería como quiere un hermano
Te quería como quiere un hermano incestuoso.
Te sorprendería lo verde que soy a veces.
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