Dedicado a esos que no se rinden
Obras de teatro, películas, historias, campañas, rumores y mitos muestran al VIH-SIDA como un alacrán negro, como una bala, como seres agonizantes, como un monstruo, y quizás sea eso: Un monstruo. Nadie quiere tener VIH-SIDA y esa es la verdad. Sin embargo se sigue usando el miedo y la miseria para asustar a los que no lo tienen, se sigue enseñando a temerle. Pero asustar no es educar, y aún personas asocian el VIH-SIDA a una condena mortal, al fin del tiempo, a la ausencia de vida. Nadie quiere tener VIH-SIDA, es cierto ¿Pero qué pasa con el que lo tiene? ¿No tiene derecho a la vida? ¿A una vida sexual? ¿Es un alacrán negro gigante en una cama? ¿No tiene derecho a continuar? Aún muchas personas creen que el sida tiene que ver con tu orientación sexual y no con el cuidado de tu acto sexual. Pero hay una enfermad con más muertes que el VIH-SIDA y esa enfermedad se llama Prejuicio.
Cifras, teorías, más películas y más relatos no logran aún educar a la gente sobre esto. Aquello que Mecano llamó el fallo positivo nos mantiene aún a la espera. Aún soñamos con una cura. Hay cosas que no dependen de nosotros y esto no es cuestión de culpas, pero si el VIH-SIDA es el monstruo debajo de la cama, no dejes que te detenga, porque no hay peor monstruo que la ignorancia.
A veces vivir es una decisión.
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