Yo dormía en el azul de tu cielo,
y la moción me transformaba al bailar de tus dedos,
y decías: La orden, la voz, la pose
duermes de lado y las nubes se hacen grises celosas,
dame tu grito adolescente y tu vergüenza
y tus poses.
dame tu grito adolescente y tu vergüenza
y tus poses.
En mi cielo eres el más bello, pero no busques el tope,
y Jugabas con mi pelo y besabas mis pies,
y tu voz soltaba: oh niño guarda el secreto del roce,
haz sólo mío el roce.
haz sólo mío el roce.
Pero mi libertad se manifiesta en mi piel de corrientes de bosque.
Y ante la preocupación tu voz decía:
no despiertes sigue, la orden, la voz, la pose
Y ante la preocupación tu voz decía:
no despiertes sigue, la orden, la voz, la pose
y eres libre sólo en el camino de mis dedos,
evita el tope mi niño de carnes,
de lonjas rosadas y pequeñas voces frondosas.
Yo dormía en lo azul de tus pensamientos .
Yo dormía en lo azul de tus pensamientos .
Pero desperté ,
quise devolver el tacto que me dabas,
y dijiste: !oh no!
Tus caderas son la profundidad de los océanos que creé ,
tus piernas de algodón son para morderlas
y tu cuello el cofre.
Tú no puedes tocarme, niño cenizo
sólo yo puedo tocar.
Siguió diciendo la voz dueña de nada.
Siguió diciendo la voz dueña de nada.
Yo recogí mis piernas; tú dijiste: déjame,
niño de cielo, quiero los roces
tus poses tus hermosas poses,
y dije: non serviam.
El azul de tus cielos se hizo purpura,
El azul de tus cielos se hizo purpura,
tu mirada me hizo más rojo que la sangre ,
y tu azul se mezcló conmigo por renunciar a mis poses.
Y mi non serviam me hizo el demonio de tus cielos.
Pero señor yo quería libertad, yo quería igualdad.
En tu brisa rasgada me buscaste;
dijiste: ángel rosado,
dijiste: ángel rosado,
no debiste,
en la flama de mis hojas ya todo está quemado.
Entonces fuiste tras de mí
arrancaste las alas que una vez diste,
como robándolas.
y así me expulsaste.
La voz de mi derecho hizo
que tus manos feroces buscaran mi cabeza
para hacerla rodar,
tú, hijo de la filosofía del abuso,
Yo no habito cielos que no puedan tenerme,
no serviré a aquellos que no puedan servirme.
Ahora me echo al piso y otros dicen:
Oh niño tus poses, tus hermosas poses, tus clásicas poses.
¿Para qué ser tu demonio cuando puedo ser el ángel de otro?
a tu capricho
no serviré.
La voz de mi derecho hizo
que tus manos feroces buscaran mi cabeza
para hacerla rodar,
tú, hijo de la filosofía del abuso,
Yo no habito cielos que no puedan tenerme,
no serviré a aquellos que no puedan servirme.
Ahora me echo al piso y otros dicen:
Oh niño tus poses, tus hermosas poses, tus clásicas poses.
¿Para qué ser tu demonio cuando puedo ser el ángel de otro?
a tu capricho
no serviré.
ángel o demonio? seguro que tienes poses para todo. Pero puestos a elegir yo también prefiero ángel
ResponderBorrarSi buscar un sentimiento compartido e igualdad me hace demonio, yo definitivamente elijiría la expulsión del reino celeste.
ResponderBorrar... Los versos gritan a mí, y de seguro responderé a ellos!
Ame profundamente el ritmo de este poema.
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