Parece que inclusive el creador tiene problemas con nuestras palabras, y es que todo dios quiere ser amado; todos queremos serlo. Luego de miles de años y cientos de leyendas, ciertas o no, el "no serviré" sigue siendo la razón para convertirnos de ángeles llenos de gracia a seres demoníacos y errantes. Algunos dicen que el amor es amor, sólo cuando es libre, entonces ¿Es el "No serviré" la mayor prueba de aguante para una relación? ¿Si nos rebelamos ante otro seguiremos siendo príncipes celestiales? ¿O seremos hijos del caos?
Al parecer el cielo de cada quien tiene precio y condición. Servirle a un ser supremo, adorarlo, entenderlo, tenerlo sobre todas las cosas y sobre todos los demás ¿Qué hay de nuestras condiciones ¿Qué hay de nuestro cielo? Al estar en un paraíso lleno de supuestas libertades y comprensiones nos sentimos cómodos en la naturaleza de expresarnos; entonces al encontrar un defecto usamos la libertad de dialogo, buscamos definir nuestras condiciones, exponer nuestro punto de vista. Hecho esto nos encontramos cara a cara con el dios disgustado, el mismo que hemos y nos ha querido, y ante nuestro "Non serviam" somos expropiados de la belleza, de nuestras cualidades, de nuestros privilegios. Finalmente somos expulsados.
El grupo de personas, llamados sociedad, creyéndose normales, pensando que su modo de ser es el único modo de ser: No serviam. El amante que ponía condiciones para amar, las reglas puestas sobre la mesa y las pautas establecidas para entrar en su cielo. El bocado de carne que quería a cada cierta hora, pero sólo estaban sus condiciones ¿Qué había para mí? ¿Qué hay de la convicción de mi deseo? No serviré. De este modo fui expulsado de su élite. El amigo que se servía de morada, la bendición de ayuda incondicional, el derecho del tiempo mío. Non serviam. Por poner mis condiciones, caí de su cielo.
El comentario que hicimos que ellos no querían escuchar. Non serviam. Y todo se acabó.
El reclamo de mis creadores y el conflicto de no ser sus resultados. El costo de mi pensamiento y mi manera de ser. La rebelión ante mis creadores se basó en el "No serviré". Entonces somos malos hijos, como el primer mal hijo de la historia... el lucero del alba.
Somos declarados ángeles caídos, demonios, rebeldes, errantes y malignos por el pecado de exigir igualdad, por exponer un pensamiento. Si no nos aman en el modo que amamos, si no nos adoran en el modo que adoramos, si no pueden aguantar en el modo que aguantamos: Non serviam. El amor debe basarse en entendimiento más que en adoración. Si la libertad de un cielo se basa en una forma unilateral de satisfacción prefiero caer de sus cielos y convertirme en un ángel caído, en el expulsado, en el malvado. Aquí mis diferencias, exijo mi respeto. Non serviam.
Interesante ESCRITO, me deleite leyendo esto, FELICIDADES
ResponderBorrarexcelente nota, felicitaciones
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