Ya sé, ya lo sé.
Que volveré a la vida
y volveré a llorar
como aquella vez
que a los cinco años
viendo el techo
y estalactitas de pintura seca
entendí
que nuestro destino es desaparecer.
"Mamá no te mueras nunca",
Dije.
Ya sé
que volveré a sentir
los planetas muertos
en mi corazón
los labios de pomelo
de un hombre despeinado
la música triste de la gente sola
el sabor a helado de vainilla.
Ya sé, ya lo sé.
que pronto volveré a sentir cada cosa,
que otra vez me estoy poniendo viejo.
¡Qué preciosidad Daniel! Es impresionante cómo en pocas líneas la infancia y la edad adulta se mezclan una y otra vez. ¡Y ese grito inocente y limpio a mamá! Cómo me gustaría haber compartido contigo el sabor a helado de vainilla, los planetas muertos, quizás no los labios de pomelo, pero sobre todo sentir esa paradoja de volver a la vida poniéndonos viejos. GRACIAS, otra vez.
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