Ella no me conoce, aún así yo sé mucho sobre ella, sin destino, sin destino camina, por las calles, sin saber, sin doctrinas, Sonia camina, la locura es su amiga, la infelicidad baila en los reflejos, yo lo se, aunque sólo algunos lo notan, Sonia y sus bolsas llenas de basura, el tesoro de otros, ella sonríe cuando nadie la ve. Un pote de basura, hojas que vienen muertas en el viento, un nuevo día, era Sonia la recolectora, la loca, la infeliz sonriente, la mujer de la basura, tal vez llore por dentro, por las calles, por los que ya no están, por lo que se le quito. Camina Sonia la loca de la basura, que casi nadie sabe, que casi nadie ve, con sus bolsas llenas de historias hermosas, llenas de basura, algo que ella sólo aprecia, su cabello trenzado, su pequeña estatura, por las calles de un mundo callado, de su mundo sin ternura, su tesoro, algunos dicen que antes no estaba loca, que cuando perdió a sus hijos enloqueció, claro por ese hombre que se los quito, tal vez sus tesoros oscuros son ilusiones prestadas, su basura, tal vez siempre la lleve consigo porque como ella, fue desechada, Sonia sonríe, aunque por dentro llore, por las calles sin destino, sólo Sonia, la acera y mil caminos.
Te observo Sonia, a ti, tu basura, tus tesoros, tus amigos.
Te observo Sonia, a ti, tu basura, tus tesoros, tus amigos.