lunes, abril 30, 2007

Boca ensangrentada

Los recuerdos esa noche fueron palabras y mi corazón baila música desganada, ¿quería sentir? ¿quería salir? Mi boca con marcas sangradas; tocar tu piel no recordaba de esta manera, me muerdo los labios, es tentación dulce y salada, la luz desapareció, mi miedo aumentó, pero el licor lo sedó finalmente.

Es demasiado potente, tú eres potente, es dañino y perverso, si se sale de control me llenaré de dolor otra vez, de esas ilusiones filosas y rotas, pero soy naturalmente masoquista, era tu piel, no era mucho pero era demasiado. Hiciste perfecta oscuridad, enunciaste una promesa que bien sabía yo no cumplirías; otra canción sonaba, no puedo quedarme.

Tal vez fue tanta sangría, la luz asomada del baño, o sólo mis ganas de querer, pero esa noche sentí que otra vez me querías. Ah... pero soy astuto cariño mío, aunque la piel me traicione la mente no. No creo en ti. Ese día en esa playa estaré escuchando esa canción, como cada año, y sé que tú no estarás. No olvido que una vez llenaste de vidrios mi corazón, ni cada minuto de dolor.

martes, abril 24, 2007

7 minutos

Dame siete minutos
7 minutos para quererte
7 minutos para no sentir nada
para odiarte
para extrañarte.
7 minutos un beso
7 minutos para mentir
7 minutos mi tiempo es eso.
Para decir que este número es tu obsesión
7 minutos sin ti
solo estaré en 7 minutos, olvida todo.
En silencio el numero
7 minutos para tocar las estrellas
en siete minutos todo va a cambiar
En siete minutos empieza a llorar
¿Puedes llevarme a casa?
Siete minutos.

sábado, abril 21, 2007

El botón de no sentir

Otra vez Natalia se quiere morir, no es la primera vez y ella lo sabe bien, para ella la muerte significa liberación y el fin del dolor, Natalia destruye a los suyos, tiene bastante facilidad para eso, ellos ya no quieren sentir, Natalia se quiere morir, quiere acabar con todo, pero la cobardía no ayuda en momentos como este, presiona el botón de no sentir.

Adrián sueña con Miguel, despierto, dormido, siempre sueña, sería tan bueno estar siempre con él, probar su cabello, "que excentricidad la mía de querer comerme sus brazos", pensaba Adrián, quiero arrodillarme ante él, abrazarme a sus piernas, que vea dentro de mí, entonces reaccionaba, "que tonto eres Adrián" se decía a sí mismo, así no piensa Miguel, "sigue esperando todavía imbécil sufre y llora," dulce melancolía, más bien un maldito masoquismo, una sádica tristeza, sádico soy cuando lo pienso, no conozco del amor justo, no se qué es eso, qué puedo decir, nada, a la colección de cosas imposibles, aprieta el botón deja de sentir.

Ana tiene un nuevo juego son pastillas de colores que la dejan sin anhelos, una pastilla, dos pastillas, la verde, la roja, la violeta, la amarilla, su boca de porcelana está rota, son los golpes de Yahir. Cuando era pequeña mataba gatos, ahogo dos, no era su culpa, sólo no sentía respeto por el dolor de otros, ya estás como que vieja para jugar. Ana, el amor se te hizo violencia, aquí está tu dolor, límpiate la cara, cállate la boca, presiona el botón para no sentir.

Miguel se ve al espejo, se dice: te quiero sin querer, nada está bien, nada, no quiero nada, no quiero a nadie, olvido tan rápido, idiota, las cosas de sentir y el corazón son de idiotas. Miguel se echa desnudo en la cama, piensa en Adrián, siente que él ha notado su pena contenida, se erecta su miembro, "de pronto ya no me querías" recuerda la voz de Natalia, se masturba y cierra los ojos, imagina que Adrián está a sus pies, hace lo quiere con él, es tan manso, entonces acaba, se moja el abdomen y se echa a llorar, se siente nada, se siente sucio, siente que su alma es una puta y no recuerda cuando fue la última vez que estuvo bien, no recuerda el ultimo beso sincero, entonces escucha los gritos de Ana su vecina, otra vez pelea con su marido, Miguel se levanta, se ve al espejo y dice: eres genial, eres precioso, estás bien. Se tira otra vez a la cama, presiona el botón de no sentir.

miércoles, abril 18, 2007

Miedo

Tengo miedo de seguir así
(la muerte es un columpio)
Tengo miedo cuando estoy sin ti

(la soledad genética)
Tengo miedo de dormir porque puedo soñarte

(Daniel no duerme)
Tengo miedo de querer morir

(El diablo me tocó)
Tengo miedo de odiarte, de no amarte
De cambiar mis emociones

(Te odiaré un tiempo)
Miedo por tu olvido
Miedo a no olvidarte
A Dios le pedí que de mi corazón te arranque

(No creo en Dios)
Quiero borrarte todo
Es miedo de vivir, del complejo de los daños.
Siento miedo de la gente, de esa que no entiende
Siento miedo de lo tuyo y de ti, de tus balas de salva.

De tu guerra en silencio
que mata y no admite
Que tengo 15 años y sólo recuerdo un año
Es sólo que tu actitud me desgarra, daña todo.
Tengo miedo de seguir temiendo
Tengo miedo de seguir así
De nunca olvidarte mientras ya

hace meses te olvidaste de mí.

Yo tengo miedo.

martes, abril 17, 2007

Disfraz

En las fiestas de disfraces juegas a ser otra persona, nos convertimos en algo que elegimos ser, mostramos lo que queremos mostrar, y sólo si alguien se interesa en ti o en tu disfraz buscará saber quién eres y quién está detrás de la mascara.
Cuando era pequeño a mi mamá le regalaron un disfraz de Peter Pan para mí. El disfraz en algun momento fue de otra persona, pero me fue tan bien con él, que gané dos concursos de disfraces ese carnaval.

¿Pero qué pasa cuando llevamos las mascaras aún cuando la fiesta ya acabó? Cuando entramos a una fiesta emocional de disfraces el tema principal es la mentira.

Una mascara para mí y una para ti. También para tus bellas y destructoras mentiras, porque las mentiras son bonitas por nacer de un mundo donde nadie toma responsabilidad. Tus palabras estaban vestidas de otra cosa, estaban disfrazadas, eran mentiras. Pero cuando dejé caer mi disfraz de inexpresión, tú te fuiste y sólo dejaste veneno, veneno bello y destructor, digno de ti, parecido a ti.

Mentiras, eso eres tú, el recuerdo de tu respiración, tibia y cálida como el agua que prefiero para bañarme, la que no tengo, como el agua que se me iba por las piernas mientras me sostenías desnudo, no pude ver que tus manos de cristal rompían mi costado, no pude saber qué llevabas tras la mascara, sólo puedo colocarme la mía y también mentir, aunque tú ya no estés, me vuelvo a tu juego sucio... debes saber que ya no te quiero, no te deseo sobre mí, no pienso en ti, no quiero nada ¿ves que fácil miento? ¿te gusta mi nuevo disfraz?

lunes, abril 16, 2007

Extraña soledad

Son extrañas las cosas que te hace hacer la soledad. En mi mundo sólo soy en parte: patético, raro, tonto, patógeno, extraño pero complejo. Entonces cambio, soy frío en medio del sol, gris en una paleta multicolor, nadie en la multitud, palabras que aún no se inventan. Soy felicidad en cosas simples, pensamientos que son silencio, oscuridad y camino de cieno. Hay espinas, lágrimas imaginarias, existencias injustificadas y simplitud. Hay un grito que no se escucha y una estrella que nadie ve. Me transformo en soledad, realmente todos estamos solos, somos arreglos a corto plazo.

El camino tirita, tiembla. La tierra se queja vieja. El juego: despreciar y ser despreciado. La vida desierta. El temblor, en el centro no estaba yo, tampoco quería estarlo. El rencor y el dolor son emociones infieles, personales, negadas, bíblicas.

Soy un juego en el que siempre pierdo y no sé como dejarlo. El premio de consolación, la soledad y un incierto futuro borroso. La mujer, ella me abraza con su manto negro de silencio, las cadenas del amor no se pueden romper, la rabia me besa escondida y se ríe.

El hombre, me mira y me desea, yo lo deseo a él.
Me siento, extraño y desconocido a mí, mis pies desnudos tienen frío, siento vergüenza, es extraño lo que te hace la soledad.
Estoy perdido y soy... no sé que soy todavia, vengo de una extraña soledad.