A veces pienso que:

La democracia de un estado no se mide en cómo trate a sus seguidores, sino cómo trata a sus adversarios.

Tributo Marica (Lemebel)

Cuéntame si las maricas muertas 

también se esconden para hacer el amor 

cuéntame por simple curiosidad

si discriminan mientras buscan en la maldición virtual 

"Sólo maricas muertas de forma natural"

"Sólo maricas serias, aperradas
 no muertas de Sida"

Cuéntanos si aún hay miedo 

Si los muertos están tan solos por pura elección 

o porque dos amantes no caben en una urna 

que aquí hay camisitas rotas hechas vestidos

que arden al fuego de este silencio 

que era de paja y se quemó con tu discurso. 

Es la ausencia que se impone
 la muerte de las cosas. 

Pero no hay ausencia que deje 
quien llenó tantas habitaciones 

de letras de letras maricas.

He aquí: Tú, partida. 

La partida de un grande, de una grande. 

De la grandeza.

Hasta siempre Lemebel.

El acto de la bufanda

Solo el alma cuando se desnuda

se convierte en manto para hacerte casa.

Te has dividido en todos los hombres del mundo. 

A veces pienso que:

Sueño con volver a un país donde un militar no gane más que un maestro. Donde se valore más la educación que la guerra.

Niño de mil años

Mi mirada es una bala perdida

en una sala llena de gente
Nadie se acerca 

Me delata la soledad que ahoga hombres
entiendo a Pizarnik
la entiendo
entiendo a Storni 
la entiendo
pero yo vivo para correr.
No hacen falta más heridas
ciudad maldita
advierto que de hacerlo una vez más
me marcharé para siempre. 

A veces pienso que:

Existen los que nunca fueron perseguidos, los que sí lo fueron, y los que fueron perseguidos y se ponen del lado de nuevos agresores.

A veces pienso que:

La violencia sobrevive en las personas que la justifican.

Yo (ardo)

Quien me quiera a mí

Que sepa que el anonimato me ofende

Yo necesito formas 

Yo necesito dedos perdidos

Lengua de vacaciones en mí

Quien quiera tenerme

Que sepa que el error moldea

Pero la ausencia es la que separa 

No se queje de no recibir algo 

Que no ha sabido pedir

Que miro oscuro desde mi rincón al diablo

Y no me parece tan malo después de todo 

Quien quiera mi cuerpo que de la cara

Quien quiera mi cara que traiga su tiempo

Quien quiera mi tiempo que sepa ganarlo

Mis obsequios de fuego de alcohol ardieron 

Voy a doler tanto como para morirme mil veces. 

Idealización perdona mi realidad.