Cada día que pasó
fue un ladrillo arrojado
que esquivaste
hasta llegar bailando
intacto en la marea del tiempo
y volviste a escribirme
y yo...
lleno de monstruos
¡Te comí!
Digno de la desesperación
de las cosas
que no sabemos aceptar.
fue un ladrillo arrojado
que esquivaste
hasta llegar bailando
intacto en la marea del tiempo
y volviste a escribirme
y yo...
lleno de monstruos
¡Te comí!
Digno de la desesperación
de las cosas
que no sabemos aceptar.