sábado, marzo 20, 2010

Coplas plateadas

Qué noche tan sola
en el campo de agujas
te olvidaron de mí
De tu niño de luna
que te escribe de lejos,
que navega dormido
que ha dormido sin cuna sobre olas de sombra,
agitado a tu ser en mares de plata.

Se me embriagan los ojos de noches ahogadas
oscuras casi negras,
con la vejez de otra vida asomándose en esta.
Perdió la voz el alma y muda se quedó en nostalgias
se desojan los días y se me hacen cenizas,
y vago dormido profundo, desnudo enrollado.

Olvidaste que soy niño de ilusiones sencillas,

y viejo en el rato solo 
cuando sereno a ti
conocían mis manos tu espalda de angustias
cuando volaban palomas ciegas al juntarse los labios
y en tu voz de aceitunas me echaba
sedado, llorando sin saber por qué.

Qué noche tan sola 
la del abusado
qué rota la tierra y heridas montañas
qué roja, qué seca y dolida
la voz perpetua de la letra del dolor,
Y baldía es mi boca con brozas de amargura.
Te olvidaron de todo, sabores y sombras
y te olvidaron de mí.

Me llamaste una vez tu niño de luna,
de espigas ardidas
te olvidaron de mí
de quien te escribe de lejos,
que navega dormido,
que se echa a lo oscuro escondido
siempre de estrellas que bajan a nombrarte.
Rasgaron mi mente
que ama vigilante entre cosas frías,
y me vuelvo a lo oscuro.

Me voy de este suelo de mundos marchitos,
hacia otro antaño,de intereses menguados
y que me para otro mayo
donde reposen aquellas miradas de olivo,
y tu voz verde trigo
y tu ausencia perdida
y en tu cielo te digo que te espero en el mío.
Como niño de luna
dormido, dormido.

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