Perdido entre lunares, tu ombligo fue una brújula
Y el rezo fue, para que el destino apuntase al sur.
Camino al sur mi silencio es el fin de tus guerras.
Porque hay salvación en las cosas pares,
y tu geometría calmó mi sed.
Entonces, inteligente te guardas en el aire,
te repites en el aire y eres luna en mi habitación.
Mi último grito de adolescencia quiere tumbarte.
Que no se calme entonces nuestra rodada,
aunque se ahoguen las voces, camino al sur.
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