Si entendiera mi madre, que soy más que su producto
Si entendiera mi sociedad, que soy analfabeta a sus reglas
Si entendiera mi amante, que el deseo alivia el alma
Si entendiera mi padre, que pude crecer sin él
Si supiera el criminal que soy más que su presa
Si supiera el amor, que soy más que un amante dolido
Si supiera el burlón, que soy más que un apodo
Si entendiera la mentira que a veces no es necesaria
Si entendiera el líder, que no me interesa su doctrina
Si mi intensidad no insultara a los insulsos
Si mi belleza no se escapara a la subjetividad
Si la historia no me condenase por ser
Si mis resultados no alimentaran mi dignidad
Si mi derrota no te hiciera gigante
Si mi conocimiento no me hiciera tu enemigo
Si mi síndrome se hiciera abierto al chiste
Si mi torpeza no se notara al caminar
Podría andar más tranquilo.
Pero
Si hoy la bala me toca a mí
y el fracaso fuera capaz de pararme,
o sentarme, y dejarme ahí.
Declaro ante tanto condicional
que la reflexión es el cinturón
a la catástrofe del golpe.
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