De tus ojos de río verde,
la ausencia incendia la noche.
Verde como decía Lorca,
Verde, nunca más como una simple cosa.
Fui un varón recién nacido
cuando tu mirada me tocó
en la disección de las horas,
con el gesto disimulado y mi vergüenza dispersa
inquieta como el panal
Soldado de la caballería
tomando al efebo,
mi muslo masticable
ante tu iris de tilo y abrazo lento,
el nombre de pensador y el verde
tu verde me desnudó.
Uno regresa al sentimiento,
como si nunca antes hubiese estado ahí.
Señor del abrazo eterno,
tu recuerdo coloniza mi mente.
Y en la escarcha de tus ojos el museo del mar
y el amanecer desmayado en tu carne
Verde, un recuerdo y un nunca más.
miércoles, febrero 06, 2013
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