buscaría al hombre más amable de todos
y le rompería el corazón
me metería en el mar turquesa de sus sábanas
mientras conjura palabras de amor
Y entonces desearía evaporarme ahí,
cuando la ciudad de la furia
me sorprenda con ternura
yo ya me habré ido
son tan pequeños mis pies
que el viento ahora me lleva.
Desde algún sitio al que no pertenezco
estaré lloviendo
sobre aquel hombre bueno
al que ofendí
pero soy tormenta para mí
y él me romperá el corazón
y cuando la fuerza se vuelva tristeza
yo escribiré un poema con su nombre.
1 comentario:
Cuánta paradoja tan exquisita. Tienes el poder de la palabra para romper los corazones que quieras, incluido el tuyo. Leí con tristeza que el viento te ha llevado aún más lejos, aunque la distancia siempre es subjetiva.
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