No hace falta ponerle nombre. Pero esas veces, que saludamos con las manos, yo aún, quisiera besar. No hará falta decirlo, pero, mientras el mundo te pida respuestas, yo tendré el mismo cuarto donde no tenemos que explicarnos. Descuida. No eres tú: son las prisiones mentales de nuestra época. La verdad, es que bajo mis defensas cuando la ropa cae. Y todo este tiempo, si mantienes la belleza que te vi, podría usar mi piel para arroparte otra vez. Acá en mi esquina, un espacio a veces sobra.
martes, julio 19, 2011
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4 comentarios:
Fantastique!
Me pasa.
Y no logro escribir tal genialidad.
Hermoso párrafo
Cuando lapiel queda al desnudo, me homologo con tantas cosas, con una risa, con un animal, con una prenda de vestir: que te abriga y deja una sensacion de sonrojo.
Me encanto, GRACIAS!
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