Y es otra vez el producto de mi naturaleza
clavando espinas contra las caricias,
Pero el aislamiento es salvación
cuando la cercanía asoma sus aguijones.
Si las manos que aplauden besos se vuelven puños
¿Podría acaso la distancia salvarnos?
No te atrevas a tocar
si no entiendes que el contacto deja marcas
no malinterpretes la responsabilidad propia
Porque cuando le inventan voces a las estrellas
yo sé que estamos destinados a las olas,
al choque que nos une algún tiempo y luego nos separa.
Cada tú, y cada yo, están destinados:
A la distancia.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario