El problema de la tranquilidad es el deseo. "Serás feliz, sólo y si... no deseas". Y agregaría yo si tampoco necesitas. Por eso algunos monjes parecen haber alcanzado la felicidad, ni necesitan, ni desean. He ahí la cuestión... que el escritor no está como para ser monje, se alimenta de pulsiones.
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El problema de la tranquilidad es el deseo.
"Serás feliz, sólo y si... no deseas". Y agregaría yo si tampoco necesitas.
Por eso algunos monjes parecen haber alcanzado la felicidad, ni necesitan, ni desean.
He ahí la cuestión... que el escritor no está como para ser monje, se alimenta de pulsiones.
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