Era una mañana como para no despertar,
como para tirar las tazas llenas de café y romperlo todo
Era una tarde como para merendar con Bromazepan
y vino blanco y Tafil al gusto
como para descolgar fotos y percudir recuerdos
porque el cuerpo se ríe ya del montón de Ibuprofeno
Era un instante como para borrarse un poco
o borrarse mucho, era un rato, de esos que muerden
que patean, que te llenan el pecho de piedras,
que te mean arañas en los ojos, que te cagan palomas muertas
que te muerden las palabras, y te dejan bruto y te marean
Era una noche como para volverse mendigo y pedirte un beso
y pedirte la mano, y acariciarte las cejas
e ignorar dueños y compartir sueños
y halarse el pelo y masticar naftalina y atragantarse
con las cosas en común, y volverse loco,
o hacerse como que uno lo está.
Pero no.
Era solamente un momento, cambiándome
quitándome lo que creía que era mío
y yo mientras me quedaba quieto.
Porque vivimos tiempos, donde ser almas gemelas,
mentes parecidas o cuerpos compatibles.
No son suficientes para permanecer unidos
porque hay peleas que se pierden
antes de ser peleadas
por eso me quedé
ahí, quieto, entre todo el aire
quieto sin hacer nada.
martes, noviembre 13, 2012
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1 comentario:
Momentos en los cuales no hacer nada ya es hacer mucho.
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