El activista maracayero Daniel Arzola, creador de "No Soy Tu Chiste", una campaña que ha recorrido el mundo y busca concienciar sobre los derechos de la comunidad sexodiversa, conversó con Globovisión.com sobre su vida y labor.
En el marco de la reciente introducción del proyecto de Ley de Matrimonio Civil Igualitario en la Asamblea Nacional, Arzola tiene la esperanza de que un día en Venezuela se acepten legalmente las uniones del mismo sexo, pero sobre todo, su anhelo es que los seres humanos manejen cada vez menos prejuicios.
-A usted se le atribuye el título de activista, pero ¿qué es realmente ser activista según su opinión?
-Esa es una calificación que me dieron otros. Yo siempre he considerado que soy artista, pero mi expresión artística es social.
-Su obra ha sido admirada por miles de personas en todo el mundo y usada en Rusia en protestas para exigir la eliminación de la ley antipropaganda gay. ¿Intuía que su trabajo cruzaría fronteras y causaría el impacto que ha alcanzado?
-Fue sorpresivo para mí. Desde pequeño soñé con viajar y, aunque nunca he salido del país, mi trabajo en un año ha viajado más que yo. Es un sueño realizado.
-¿Ha sufrido persecución en carne propia por ser homosexual?
-El prejuicio siempre consigue nuevas formas de expresarse. Yo tuve una infancia marcada, porque me rechazaban por ser homosexual y tener síndrome de Asperger. Una vez me ataron a un poste y me lanzaban fuegos artificiales a los pies. En Maracay han ocurrido cosas peores con otras personas, son crímenes de odio, aunque aquí no existe ese término.
-¿Por qué dice que no existe?
-Porque somos una sociedad que tristemente se ha acostumbrado a la violencia, siempre abrimos el periódico y estamos acostumbrados a ver que alguien murió.
-Las consecuencias del acoso son nefastas. Incluso se cuenta entre ellas el suicidio. ¿Cuál es su principal consejo para los jóvenes víctimas del bullying?
-Cuando yo tenía 12 años quería desaparecer y un día leí la frase de Eleonor Roosevelt que decía que nadie tiene derecho a hacerte sentir inferior sin tu consentimiento. Me educó y me dio muchas respuestas que necesitaba. Eso que alguien considera tu defecto tienes que hacerlo tu mejor don.
-¿Te han exhortado en algún momento a detenerte en tu labor?
-Alguien me cuestionó una vez el porqué trabajaba en una campaña en contra de la homofobia si eso no existía en Venezuela. Pero simplemente que yo no pueda tomarme de la mano con un hombre sin que eso no levante críticas, demuestra que sí existe.
-¿Crees que de aprobarse el matrimonio igualitario en Venezuela la comunidad sexodiversa se verá protegida?
-Tengo esperanzas puestas en el asunto. Permitiría muchas cosas, como meter a tu pareja en el seguro social, adoptar chamos, tener créditos de los bancos. Incluso hay montones de parejas homosexuales en las que cuando uno muere, el otro queda totalmente desprotegido y sin nada.
-¿El venezolano es homofóbico?
-No me gusta generalizar, pero creo que la mayoría de la población venezolana es homofóbica. Aunque el país está cambiando, está en proceso de dejar de serlo. Cuando he hecho exposiciones en Caracas, señoras y hombres heterosexuales se me acercan y me agradecen porque tienen amigos a los que quieren apoyar y defender pero no saben cómo. Yo tomo un voto por toda la gente que se ha unido a esto.
-Usted escribe poesía. ¿Fue acaso un don desarrollado para hacer catarsis por ser víctima de la intolerancia?
-Yo tuve una adolescencia terrible, pero ya se acabó. Mi desarrollo en la literatura tiene que ver con eso. Creo que dejas de ser una víctima cuando decides transformar tu dolor en algo más. Decidí escribir y no golpear, decidí llenarme las manos de grafito y no de sangre.
-¿Cómo le gustaría que lo recordaran?
-Como alguien que se dio cuenta que una gran cantidad de "defectos" hacen un estilo (…) Soy diferente, soy raro y está bien y soy valioso y tú también lo eres.
-¿Qué sentiría entonces si cuando llegue el momento con la persona ideal, no pueda casarse en este país porque no hay legislación para ello?
-Esa es la situación por la que pasan miles de personas en el país. Te ponen una etiqueta de ciudadanos de segunda, por no hacer lo que ellos consideran "normal". No somos ciudadanos de segunda. Una parte de mí se sentiría presa o condenada de manera injusta, por no poder casarme si así lo quisiera.
-¿Qué piensa de la familia?
-Para mí la familia no es sangre, para mí son nexos. Definir en el siglo XXI que la familia es la fórmula papá, mamá e hijo, es algo que ya nadie te compra. Es una falacia, hay miles de familias que han crecido quizás solo con una mamá, o una abuela, o dos mamás y dos papás.
-¿A qué le teme?
-He estado muy cerca de la muerte muchas veces, siempre temo a que me maten. Tengo 24 años y me han apuntado más de tres veces con una pistola en la cabeza.
-Nunca ha viajado al exterior. ¿A dónde le gustaría ir y por qué?
-Nueva York o Toronto, porque son las muestras vivientes de que las diferencias pueden convivir entre sí. Las personas se integran y no te ven mal ni te ven distinto por cómo eres. Esa es mi visión de una sociedad respetuosa.
Fuente imagen: Andrés Rodríguez
En el marco de la reciente introducción del proyecto de Ley de Matrimonio Civil Igualitario en la Asamblea Nacional, Arzola tiene la esperanza de que un día en Venezuela se acepten legalmente las uniones del mismo sexo, pero sobre todo, su anhelo es que los seres humanos manejen cada vez menos prejuicios.
-A usted se le atribuye el título de activista, pero ¿qué es realmente ser activista según su opinión?
-Esa es una calificación que me dieron otros. Yo siempre he considerado que soy artista, pero mi expresión artística es social.
-Su obra ha sido admirada por miles de personas en todo el mundo y usada en Rusia en protestas para exigir la eliminación de la ley antipropaganda gay. ¿Intuía que su trabajo cruzaría fronteras y causaría el impacto que ha alcanzado?
-Fue sorpresivo para mí. Desde pequeño soñé con viajar y, aunque nunca he salido del país, mi trabajo en un año ha viajado más que yo. Es un sueño realizado.
-¿Ha sufrido persecución en carne propia por ser homosexual?
-El prejuicio siempre consigue nuevas formas de expresarse. Yo tuve una infancia marcada, porque me rechazaban por ser homosexual y tener síndrome de Asperger. Una vez me ataron a un poste y me lanzaban fuegos artificiales a los pies. En Maracay han ocurrido cosas peores con otras personas, son crímenes de odio, aunque aquí no existe ese término.
-¿Por qué dice que no existe?
-Porque somos una sociedad que tristemente se ha acostumbrado a la violencia, siempre abrimos el periódico y estamos acostumbrados a ver que alguien murió.
-Las consecuencias del acoso son nefastas. Incluso se cuenta entre ellas el suicidio. ¿Cuál es su principal consejo para los jóvenes víctimas del bullying?
-Cuando yo tenía 12 años quería desaparecer y un día leí la frase de Eleonor Roosevelt que decía que nadie tiene derecho a hacerte sentir inferior sin tu consentimiento. Me educó y me dio muchas respuestas que necesitaba. Eso que alguien considera tu defecto tienes que hacerlo tu mejor don.
-¿Te han exhortado en algún momento a detenerte en tu labor?
-Alguien me cuestionó una vez el porqué trabajaba en una campaña en contra de la homofobia si eso no existía en Venezuela. Pero simplemente que yo no pueda tomarme de la mano con un hombre sin que eso no levante críticas, demuestra que sí existe.
-¿Crees que de aprobarse el matrimonio igualitario en Venezuela la comunidad sexodiversa se verá protegida?
-Tengo esperanzas puestas en el asunto. Permitiría muchas cosas, como meter a tu pareja en el seguro social, adoptar chamos, tener créditos de los bancos. Incluso hay montones de parejas homosexuales en las que cuando uno muere, el otro queda totalmente desprotegido y sin nada.
-¿El venezolano es homofóbico?
-No me gusta generalizar, pero creo que la mayoría de la población venezolana es homofóbica. Aunque el país está cambiando, está en proceso de dejar de serlo. Cuando he hecho exposiciones en Caracas, señoras y hombres heterosexuales se me acercan y me agradecen porque tienen amigos a los que quieren apoyar y defender pero no saben cómo. Yo tomo un voto por toda la gente que se ha unido a esto.
-Usted escribe poesía. ¿Fue acaso un don desarrollado para hacer catarsis por ser víctima de la intolerancia?
-Yo tuve una adolescencia terrible, pero ya se acabó. Mi desarrollo en la literatura tiene que ver con eso. Creo que dejas de ser una víctima cuando decides transformar tu dolor en algo más. Decidí escribir y no golpear, decidí llenarme las manos de grafito y no de sangre.
-¿Cómo le gustaría que lo recordaran?
-Como alguien que se dio cuenta que una gran cantidad de "defectos" hacen un estilo (…) Soy diferente, soy raro y está bien y soy valioso y tú también lo eres.
-¿Qué sentiría entonces si cuando llegue el momento con la persona ideal, no pueda casarse en este país porque no hay legislación para ello?
-Esa es la situación por la que pasan miles de personas en el país. Te ponen una etiqueta de ciudadanos de segunda, por no hacer lo que ellos consideran "normal". No somos ciudadanos de segunda. Una parte de mí se sentiría presa o condenada de manera injusta, por no poder casarme si así lo quisiera.
-¿Qué piensa de la familia?
-Para mí la familia no es sangre, para mí son nexos. Definir en el siglo XXI que la familia es la fórmula papá, mamá e hijo, es algo que ya nadie te compra. Es una falacia, hay miles de familias que han crecido quizás solo con una mamá, o una abuela, o dos mamás y dos papás.
-¿A qué le teme?
-He estado muy cerca de la muerte muchas veces, siempre temo a que me maten. Tengo 24 años y me han apuntado más de tres veces con una pistola en la cabeza.
-Nunca ha viajado al exterior. ¿A dónde le gustaría ir y por qué?
-Nueva York o Toronto, porque son las muestras vivientes de que las diferencias pueden convivir entre sí. Las personas se integran y no te ven mal ni te ven distinto por cómo eres. Esa es mi visión de una sociedad respetuosa.
Fuente imagen: Andrés Rodríguez
1 comentario:
Lo que haces me parece excelente!! Saludos!! ;)
Publicar un comentario