Alicia se prepara para el día de trabajo, reconoce cierta voz por el teléfono, sí, no se puede negar es él, entonces Alicia recuerda que no tiene nada que perder, que no habrán mas emociones, y mientras sostenía el teléfono pasaba el dedo indice como buscando sentir algo; había recordado emociones de un juego perdido. La pregunta era ¿habrá reconocido él su voz?, ella siempre se sintió como una puta ante él, era esa manía de pararse al apenas terminar de hacer el amor... ¿amor? Alicia ya no sabía en ilusiones perdidas estaba pensando. Digamos que él le hizo sentir cosas que nos dejan buscando revancha y justicia en otras condiciones, y si él la había tratado como una puta, eso es lo que tendría, tendría una puta.
Camino ya a su destino Alicia piensa en arrepentirse pero no lo hará, él no le debe nada, ella tampoco a él, él nada se llevó, nada le dejó, fue una de esas personas que no te enseñan nada ni tú a ellos.
Al llegar él la reconoce, siente pena pero no la suficiente como para acabar con esto, abre la puerta y ella pasa, dice gracias, cierra la puerta.
- Qué irónico que esta vez pague por ello, dice él.
- Es la única manera en que podrás tenerme, ella responde.
- ¿En efectivo o te sirve un cheque? dice el tratando de sonreír suciamente.
- Efectivo, sólo efectivo, ella asienta.
No hace falta beber, ni si quiera el alcohol le quitaría esta sensación ella prefiere fingir su estado de alcoholismo, él la desviste, sin parar, mete sus manos y toca su sexo, lo hace fuertemente, Alicia cierra los ojos mientras se dice, que no los abrirá nunca más, él llena su mano de saliva, ensaliva su sexo, levanta su piernas, y penetra bruscamente su ano como aquel que sólo piensa en su propio placer. Cierra los ojos no los abras piensa Alicia, no los habrás, no merece la vista, luego se puso cómoda con la rutina de toda trabajadora sexual, había reconocido perfectamente la voz de él y los dos últimos dígitos de su numero, por eso prefirió no hacerse un lavado. Es verdad él no se llevó nada de ella, ni ella de él, pero al sacar su pene sólo encontraría algo parecido a las palabras falsas que le dejó, sí al terminar sólo encontraría Mierda algo tan sucio pero tan digno para alguien como él. Alicia recogería sus cosas y caminaría riendo a casa.
- Qué irónico que esta vez pague por ello, dice él.
- Es la única manera en que podrás tenerme, ella responde.
- ¿En efectivo o te sirve un cheque? dice el tratando de sonreír suciamente.
- Efectivo, sólo efectivo, ella asienta.
No hace falta beber, ni si quiera el alcohol le quitaría esta sensación ella prefiere fingir su estado de alcoholismo, él la desviste, sin parar, mete sus manos y toca su sexo, lo hace fuertemente, Alicia cierra los ojos mientras se dice, que no los abrirá nunca más, él llena su mano de saliva, ensaliva su sexo, levanta su piernas, y penetra bruscamente su ano como aquel que sólo piensa en su propio placer. Cierra los ojos no los abras piensa Alicia, no los habrás, no merece la vista, luego se puso cómoda con la rutina de toda trabajadora sexual, había reconocido perfectamente la voz de él y los dos últimos dígitos de su numero, por eso prefirió no hacerse un lavado. Es verdad él no se llevó nada de ella, ni ella de él, pero al sacar su pene sólo encontraría algo parecido a las palabras falsas que le dejó, sí al terminar sólo encontraría Mierda algo tan sucio pero tan digno para alguien como él. Alicia recogería sus cosas y caminaría riendo a casa.
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