Me he separado de mi mente y empecé a caminar, vi cada cosa que siento, sin razón, sin justificar, sin reprochar, siguiendo lo que soy, sin ser bueno o malo, sin culpas. Me encontré contigo te vi pasar, y no volteé. Porque debemos aprender a dejar, camine y lo acepté, di gracias, me sentí grato, y sentí mis ojos, e imaginé tu voz, y me elevé, y compartí con pasión el hecho de verte, donde ya no estarás. Hable alto sin miedos de herir o ser herido, y sentí ser responsable con lo que siento, y sentí que todo se puede sanar, y esperar, pedir, concretar, vivir y cerrar, que todo empieza de nuevo, que podría conocerte y pasar y en la calle mirar un instante fugaz y a lo lejos; voltear y saber que te vi, y no eras tú, porque no eras lo que yo proyecté. Que estas ahí, y moldear mi ser a tu forma, y pensar y saber, que vendrás. Que casi todo es posible.
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