viernes, junio 18, 2010

Fragmento D mayúscula

Quiero compartir con ustedes un Fragmento de D mayúscula, la novela que estoy escribiendo, cual será también mi primer libro publicado. Esto es una muestra gratis, un demo, una vista de reojo, espero saber qué tal les va con ello.

Dos vidas

Anoche soñé contigo otra vez. Estabas en mi colchón, a estas alturas eso sería imposible. Hemos llegado demasiado lejos, estamos demasiado lejos, siempre lo estuvimos. Este incidente me hizo cuestionar fuertemente el significado que usamos para describir la palabra sueño. Qué es un sueño después de todo; el fenómeno que sucede mientras dormimos, dónde nuestro cuerpo pierde sensibilidad y nuestro organismo transforma sus funciones, pasando a otra modalidad. Otras veces nos referimos a los sueños como sinónimo de esperanzas y cosas que esperamos sucedan en el futuro. En la mitología el sueño era hermano de la muerte. Tal vez cuando soñamos jugamos tontamente a estar muertos.

Anoche soñé contigo. No. Anoche estuve contigo, porque las sensaciones de mi piel y mi percepción notaron como esta madrugada mi cuerpo era traído brutalmente hacia este plano. Anoche estuviste en mi colchón y detallé tus piernas abiertas, tu cabello despeinado por la vida, me sentí feliz, como cuando llega la noche de navidad para un niño, como un deseo imposible cumplido, feliz como si lo que hubiese estado esperando, por fin, después de tanto llegara a suceder. Feliz, no tranquila, feliz con cada sentido excitado. En el plano dónde estoy no soy feliz, no creo en la navidad, no estoy contigo, no se cumple el deseo, cuestiono los mismos, ando con mis reglas, estoy tranquila; porque dejé de creer en todo y no te amo.

Esta madrugada supe que vivimos dos vidas; que una trae, y tiene flashes de la otra. Estando en este estado que llamamos despiertos tenemos pedazos, trozos, partes inconclusas, fotografías de lo que hemos vivido estando del otro lado, estando dormidos las partículas de esa realidad figuran ante la vivida.
Tal vez vivimos dos vidas que se niegan una la otra, dos realidades que tienen treguas, cosas que se dejan compartir por medio de un extraño tratado. Tal vez estemos en el medio de una guerra de dos bandos que debamos vivir por irremediable magnetismo. Tal vez estemos viviendo mentiras y la lógica sea una ilusión, un espejismo, una venda a los ojos que sólo logra convencernos, por la necesidad de tener que explicar algo.

En esta vida que me deja escribir, en esta donde siento palpar cosas, sólo porque mi mente me lo hace creer... en esta vida, no te amo. Pero esta madrugada cuando regresé a este territorio aún quedaba en mí, el espíritu de aquella vida, dónde estuvimos en este colchón, que tal vez no era este y sólo se parecía, es en ese plano, en ese pasaje, en esa burbuja, en esa otra vida donde enfrenté el hecho de amarte.

Pero soñamos desde que somos niños, pero en ese entonces los sueños son diferentes; tal vez la vida de los dormidos gané más terreno cuando somos niños, y dicha realidad tome fuerza y haga escuchar mucho más su voz. Los colores brillan intensamente y todo parece no tener sentido al compararse con esta realidad. Cuánto tiempo llevamos soñando, cuántos pasajes he usado para ir a esa otra realidad, donde, después de todo mi lógica se convierte en el residuo inbebible, frío y restante de una taza de café; mis defensas son tan inútiles en esta vida como un francés tratando de explicarle a un chino la causa de su tristeza.

Por qué fue esta madrugada el choque definitivo que me hizo víctima de un accidente, donde, fui abierta como un cofre y ambas realidades se pelearon por mí, llevándome al momento de no saber a qué lado de la acera cruzar. Esta madrugada dos almas se sentaron a mi lado y ninguna sabía cuál debía entrar; yo era una muñeca de porcelana si voz, una caja de cartón, un maniquí, un estuche, un zombie confundido, chunga y bruta, era la sinalma. Fui la marioneta de dos vidas, de dos fuerzas. Pero al quedarme en el medio, no supe qué hacer. Entonces el sentido se fue, terminé siendo una ciega queriendo ver, intente explicarme a mí mismo la locura de buscar algo que no existe en esta vida, pero hace unos segundos estaba palpando, estaba en agujero oscuro donde amaba algo que no existía, donde perdía la fe por un dios al que nunca adoré. Te buscaba.
Buscaba una leyenda, una mentira, una cosa cenicienta y robada, buscaba una puta cosa que me sostenía entre sus piernas hace minutos, pero ya no estaba. Buscaba un que no existe en esta vida.

Pero la persona con la que estaba quizá no eras tú, quizá esa persona tenía tu cara, tu pelo alborotado, tus piernas gitanas, tu voz, la curva de tu boca, tus manos de pianista y tu olor a madera; pero estoy segura que no tenía los errores, la cobardía y las aflicciones infantiles, que pertenecen, profunda, marcada y religiosamente a ti, por tanto aunque pareciera; no eras tú. A estas alturas ya no sé a cual de las dos fuerzas pertenezco. Vivimos dos vidas, dos fuerzas, dos realidades, que tal vez se odien la una a la otra y en medio de esa batalla, y numerosos saboteos, estamos nosotros al fondo, creyendo una lógica que tal vez no exista y nunca seremos capaces de comprender.

Algo sé, si en esta vida te he dejado de amar, no dejaré que en la otra te ame.

5 comentarios:

Kikyta dijo...

Hermoso!

Espero que al salir al público me dejes saber para pedirle a los míos en Venezuela que lo ubiquen y me lo envíen.

Centenares de éxitos, eso deseo para ti!

Un beso

Kikyta dijo...

Hermoso!

Espero que al salir al público me dejes saber para pedirle a los míos en Venezuela que lo ubiquen y me lo envíen.

Centenares de éxitos, eso deseo para ti!

Un beso

Jorge dijo...

me gustó

éxito en la publicación

Ty dijo...

Y es que en lo sueños, en aquella otra vida, podemos llegar a tener, llegar a formar lo que deseamos muy en el fondo. Tal vez tan en el fondo que no puedo decir que lo he pensado. ¿Cuántas veces me habré acostado ansiando llegar a ese mundo, a ese plano a veces tan real, donde los colores brillan intensamente y todo parece no tener sentido al compararse con esta realidad? Sí. No podría vivir aquí sin saber que tengo mi otra vida allá, pero no me atrevería a preferir aquella del todo. No porque esta sea particularmente mejor, no, sino porque a veces pareciera que la otra la maneja una fuerza inentendible, y tan fácil como todo parece agradable ahora, en cualquier momento y sin razón aparente todo puede desaparecer. Tal vez para mejor, tal vez para peor. Pero esa posibilidad, quizá porque siempre he sido así, evita que la quiera del todo. Pero repito, no podría vivir aquí sin saber que aquella está ahí. Sin saber que puedo perderme un tiempo allá, donde las cosas parecen más lógicas. Esta fue una entrada que me dejó pensando.
Con respecto a los últimos párrafos, tengo opiniones variadas y contradictorias entre sí. Sé como algunas actitudes o acciones de las personas pueden hacerme cambiar absolutamente la idea que tengo de ellas. Pero también he aprendido a querer a las personas en su única imperfección, con sus errores, su cobardía y sus aflicciones infantiles. Por supuesto, esto es una aseveración demasiado general. Todos los casos son muy distintos y lo que aplica a uno puede que no tenga nada que ver con el otro. Simplemente quería dar un punto de vista.
¿Llegaste a publicar esto? Si tengo la oportunidad sería interesante leerlo todo. Muchas gracias por haber compartido un pedazo (a pesar de que fue hace ya más de un año).
En mi mente este comentario iba a ser más corto, pero quedo mucho más largo de lo que esperaba. Cierro entonces diciéndote que todavía me parece que redactas, describes e hilas las ideas de una forma muy elocuente. Qué bueno haber encontrado este blog. Sigue así.

Arzola D dijo...

Estimado Ty, D mayúscula está listo. Sólo que aún estoy en proceso de publicación. Ya que estoy esperando algunas cosas por resolver. Gracias por opinar, por compartirlo, por darle tiempo.