martes, diciembre 11, 2012

Mi Santa Oración Libre

Nietzsche me instruía, Ginsberg me besaba,
Virginia me enseñaba a nadar. 
Sylvia cocinaba, con Rimbaud jugaba,
Turing no quiso comer más.
Viernes por la noche, los raros brindamos,
comparamos morados para recordar.
Gandhi es mi conciencia
Jim y Janis cantan,
Sarah Kane regala lazos
al que empiece a llorar.
Lorca es quien me cuida, Neruda quien me mira,
Pizarnik me ofrece pastillas si me pongo mal,
Audrey está danzando, los raros miramos,
aplaudimos entre hadas para celebrar.
Kandinsky me pinta
Bukowski me borra,
Storni odia la canción sobre el mar.
Poe es mi cuentacuentos,
Truman me emborracha,
Whithman trae rimas que me harán brillar.
Los raros rozamos
el cielo boreal,
alas al zapato es la fe en el arte,
la fe que nos hace volar.
No te salves, dice Mario
entre arenas Reinaldo grita libertad.
Frida es mi amiga, Miyó mi madrina,
esperamos que Kundera venga a jugar.
Ningún dios fue invitado a la fiesta de los raros
ya nadie nos daña, pase usted sin armas
hacemos del insulto mariposas de cristal.
La vida es nuestra madre, la muerte es nuestro padre,
a veces los raros reímos, a veces chillamos
y ahora todos esperamos
que siempre nos juntemos a bailar.
Amén.

1 comentario:

Gabo. dijo...

Y Anaïs te envidiaba porque Henry te admiraba. Lo sé, lo leí en su diario.