viernes, junio 29, 2007

Mario hasta los doce

Algunas veces aparece una marca sobre la pared que el agua no ha podido quitar. Aunque otros no la vean, él sí. Mario era un niño diferente en la naturaleza de sus miedos. Era lo peligroso de no tener ilusiones, amigos, mamá. Cuando estamos solos tendemos a jugar con el silencio y la soledad. El primer recuerdo de Mario lo llevaba a una escena con los ojos llenos de champú, ese era su primer recuerdo. Cuando la señora del piso de arriba se preguntaba a sí misma por los ojos tristes de Mario; no pudo ver más allá. La gente siempre hablando de la mirada triste de él, la gente siempre hablando de las cosas que no conoce. Quizá el champú le hizo algo a sus ojos, quizá los dañó.

Mario adoraba el color morado, los zapatos blancos, las arvejas, las conchas de mar, la arena en los pies. El hombre de azul adoraba a Mario, de la manera más maldita oscura y dolorosa para él, lo adoraba sin ropa, de bruces, de espalda, pero la tristeza de sus ojos era por el champú, era eso. Entonces empezó a escribir su nombre en minúsculas "mario" , pintando con azul, dolor y púrpura, de una inocencia mutilada, tirada junto al pantalón y aguantar, mientras el hombre de azul en la caseta decía "te amo" esa maldita frase. Cuando su cumpleaños llegó, mario trato de amar a otra persona, u otra persona lo trató de amar, o salvar, pero nadie más podía amarlo, solo él, el hombre de azul. Un bate bastó, madera en mano, para cuando mario volvía esa tarde a casa , chocó contra el piso y su pequeña cara sangraba, la sangre en sus ojos le hizo recordar esa molesta sensación del champú, como la primera vez que fue abusado, como todo empezó, como todo terminó, como en la caseta.

Fui mario hasta los doce y ahora no sé quién soy, cuánto ha pasado, ni a dónde iré. Suelo dibujar y pintar; dejo mi firma en esa pared cada vez que termino mis obras, con mi mano firmo claro, nadie me ve aunque yo vea mucha gente, ya no escucho más esa maldita frase, ese hombre se fue a un sitio muy oscuro, sin colores, por ahora sólo me preocupa que mis ojos no luzcan tristes, por eso de la sangre y el champú, podrás saber, por ahora nadie me ve, nadie me ve.

Odio el azul.

martes, junio 26, 2007

Impar

Trataré de decir que estoy bien
Soy un hombre y soy impar
Fingiré mi mejor sonrisa
Llevo mis yemas a la destrucción
Y lo distinto  me declara guerra
Seré amable y atento

destrozaré la calma y lo diferente
y esconderé mis manos llenas de sangre
para poder saludarte
Soy un hombre y ofenderé
Volveré cada mentira verdad
Soy un tipo y tapo mi vergüenza con violencia
En mi cabeza chocan planetas.
Entre sonrisas y miradas yo estaré mintiendo.
Entre palabras y gestos yo estaré jugando.
Soy un hombre que ama a la mujer
Pero nunca supo cómo tratar a una
Soy la hipocresía y sus síntomas
Soy los aplausos a la masacre
No se lo digas a nadie.
La llama de mi estomago me hace quien soy
Soy impar y los míos han dicho que está bien
Porque sola una cosa importa y es mi dolor
El tuyo no,

más de eso es demasiado.
Soy un hombre y entiendo el castigo como la salvación
Pero hay algo que no tengo
Hablando de corazones.
Ofrezco mi sangre, si la historia me reconoce
Mi corazón es sagrado e intocable
Soy un hombre y decido quién morirá
soy la semilla que se riega y no sabe de cosechas
Soy la masa sucia que hace a los pueblos escupir
Tomé color entre los moretones.
Soy la rabia que tiene razón
Soy la única forma de ser
Y podría cambiar tu cariño por mi compasión
Soy un hombre y trataré de decir que estoy bien
porque sólo soy yo
cuando nadie está mirando

martes, junio 05, 2007

Canto al niño mujer (Poema de la boquita pintada)


Si voy de boquita pintada
seré la larva blanca de sus aceras
pero es mía señor, la pasión de las voces
Si se asoma el testículo por la pantaleta
de su cuchillo brotará limón para mi herida
Canto al niño mujer
que en vez de jugar policia y ladrón
quiere saltar la cuerda
Canto al niño mujer
que nada en el mar negro de la burla eterna
que de trapos rotos saca seda.

Si voy de boquita pintada
volveré bisturí su mirada
cuatro cortes al marica
y a mirar el cielo con mi ala rota
canto al niño mujer
al raro que se conoce valiente
al que se sabe tanto que se conoce
al que nadie puede borrarlo de sí mismo.