lunes, septiembre 28, 2015

Carta de recomendación



A quien pueda interesar:

Sirvan estas líneas para dar fe
que el amante al que te expones
usará lluvia para hacerte dormir
y su espalda de blanca montaña
será almohada de bienvenida
a la migración de dos cuerpos.
Te dirá que no le gustan los cariños callejeros
pero un día en el país de la garúa y la ciudad histérica
te sorprenderá cuando finalmente te tome de la mano
y entonces será el momento de guardar las garras.
Puede que no hayan gestos o sorpresas románticas
pero lo digo como el explorador que fracasó en su viaje
no quiere esto decir que no podrás
despertar su lado dormido
y entonces conocer su tesoro.

Su cabeza cercana a los techos
hacía inclinar la planta de mis pies
para florecer en el baile de las bocas
satisfaciendo de tal modo 
mi pasión por las alturas.
De conductas ermitañas 
ofrecerá muy malas citas
pero será capaz de reconocerlo
como quien acepta 
que ha nacido para equivocarse,
no conocí yo
su intención por corregirlo
a ti te deseo suerte en eso.

A veces hablará un lenguaje
incapaz de comprender 
te recomiendo escuchar,
aunque la razón parezca obra de Kandinsky,
disfrutarás  sobre todo
ante la naturaleza de los cuerpos
su manera de salirse de la líneas 
tibio amamanto en la crueldad del invierno
con el fauvismo de un bisonte en llamas 
que se hará cenizas en tu piel.

Advierto que su formato de amor
a veces pareciera no existir
pero existe, y lo sabrás más allá 
de la desnutrida fe hacia lo que no se ve. 
A veces cuando piensas que se acaba
volverá todo a empezar, 
ofrece perdón
si esto no pasa.

Podrás quererle, y si tienes suerte él también te querrá 
pero si la suerte se queda dormida,
recomiendo: 
Quererlo cuando no puedas entenderlo,
y sobre todo
entenderlo, cuando no puedas quererlo.


miércoles, septiembre 09, 2015

Mi niño y yo

¡Despierta! 
dice mi niño con sus huellas sucias sobre mi cara
dice: No deberías estar aquí, con voz de pájaro negro
y caminamos desde los años de pies chiquitos
mientras se quejaba y se queja
y me dice que volvamos a casa
mi niño se hincha y llueve oscuro sobre los demás
y me obliga a jugar con él, a aguantar la respiración 
mientras floto en mi reserva de aliento.
A veces crece y gigante rasga el cielo
y dice que el futuro es mentira
que el destino es un camino con dos huellas
que la sincronía no vendrá 
que el edén está debajo de las sábanas 
mientras las canas despiertan
mi niño me grita
en mi cabeza de horno de barro
y dice que nunca, nunca 
pero nunca
me dejará tranquilo