Conociste el sabor de mi boca
antes de escuchar el sonido de mi nombre
haciendo piruetas con tu sexo amaestrado
mi mirada quedó atrapada entre tus pestañas carnívoras
y qué iba a saber yo
que amarrarías mis manos con las tuyas en Castro
que tu concierto blanco bautizaría mi cara.
Yo esperaba ver morir el verano
pero tú volvías cada noche y lo traías de vuelta
tú no sabías que yo esperaba el choque
que esparciera mi cuerpo rojo por tu ciudad
y morirme en la ciudad de las maricas
y ahí quedarme contigo
pero tú abrías la puerta con aire de generación vieja
y me abrochabas el cinturón
y me pegabas con un beso al asiento
mientras la muerte brillaba lejos
y me pegabas con un beso al asiento
mientras la muerte brillaba lejos
yo extraño tu boca africana comiéndome el miedo
en los parques nocturnos donde las miradas me aterran
también tus canciones estúpidas sobre mi pelo loco,
los días sin crueles ausencias.
Yo ahora entiendo
que todo este tiempo
estuvimos cavando la tumba
de un hermoso recuerdo.