lunes, diciembre 28, 2009

De tu pelo cada negro oscurito mechón

Me duele la carne
puede el dolor ser la insignia
la marca y señal de mis sienes y pecho
y aquí donde duele, seguro va el alma

Daña y me pesa,

la tristeza aruña mi cuarto
mi colchón derretido no te conoció.
Y la angustia roe la piel

ahora busca los huesos y más.
Que las manos

que son pequeñas a las tuyas se me ponen de cartón
buscando, ciego y perdido,

siempre buscando
de tu pelo cada negro oscurito mechón.


Lástima lo que no se puede.
Lastima también.
Duele hasta volverse loco.
me pisa los días
saber que no te tengo y que otro vendrá.
Que yo te prometí curarte tus penas
quedármelas yo.

Me duele la carne del corazón
el frío es un tumor negro que no se va.
La piel contaminada decide borrarte
Y la noche franciscana se llena de agua pasada
agua negra de dolor
charcos en mi mirada
muerta como todo.
Siempre triste.

No sé si escuchaste de mi principito y su rosa,
si con tu guitarra o tu piano
tocaste otra vez nuestra canción.
Memorias.
Viejo de alma, joven de corazón.
Cómo me duele parar
y cómo me llora el ángel que nos unió
la voz que nos canta.
¿Qué le pasa al mundo?

cuando muere una buena historia
¿Qué le pasa?
Las manos al escribir esto
son la colmena en llamas

Tú que querías poesía para ti,
me diste mieles,para hacerte miles
y tal vez otras mil más te haga.
Te lloro más fácil de lo que alguna vez lloré,
es que a ti no te quiero olvidar
y las razones bien las sabes como yo las sé.
Como te lloro esta noche me grita tu ausencia.
Como me duele la vida me duele el vacío vivir.
Como si un milagro existiese quisiera verte.
Como en tus campos estuve quisiera estar.
Como tus besos me marcaban me corrompe la amargura.

Lo que mi magia puede hacer,
cerca muy cerca, lejos también.
Recuerda, luciérnagas, cenizas.
El último día que te vi,
sabía que el último día juntos sería,
que la paciencia se me iría sin tu sabio rescate.
Y me voy,
voy a cerrar los ojos
que no quiero recordar más minutos de este día,
me voy a soñarte.
Soñarte esta noche sin esperanzas al irme a dormir
y las paredes de tu cuarto se me borran.
Todo se moja, se muere sin colores.

Que quiero que sepas
que la bolita que me diste el día nuestra alma,
mi amor no la metí debajo de la cama,
porque yo no tengo cama,
por eso me la meto en mi franela
o debajo de la almohada.

6 comentarios:

Manu dijo...

Me encanta la poesía que refleja anhelo y memorias en sepia. Que hermosas palabras, Dan.

Claudia dijo...

Wow.... no tienes idea de cuánto adoro lo que escribes y cómo lo escribes; no sé si es el sentimiento, o la forma en que unes todas y cada una de las palabras que utilizas.. es increíble, leer lo que escribes me transporta.. es como si lo estuviera escuchando de tu boca..

Anónimo dijo...

que hermoso escribes dani. no se ni que comentarte. solo dire que se me aguaron los ojos :(

k.

Anónimo dijo...

Ha sido muy personal no? qué fuerza hay en cada frase!. Magnifico, me pregunto que diría una persona al saber que esto ha sido creado inspirado por él o ella.

Alex

francisco marquez dijo...

felicidades Daniel. Tus palabras me vuelven a la realidad, gracias por tu poder. Mucho exito, para el poeta. y para que sepas, si escuche sobre tu principito y tu rosa. y aqui comento tu poema mas triste.

Arzola D dijo...
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