Crucé los dedos
para que tu subjetividad se posara en mi belleza.
Luego se me cayó la mano.
Volvió al centro de mi cuerpo la sensación del amor escolar.
La repetición de escenas y el deseo de complicidad
eso, la repetición.
Eres mi sabor favorito.
La belleza está en las cosas que ocultas
porque la belleza desintencionada es la de verdad.
Aunque Todos los tú y todos los yo
que andan en la calle se indiferencian a propósito.
Tú a mí me arrancas la calma
y algunas tardes no estuvo tan mal.
Eres lo que no admito:
Los preciosos accidentes.
Malicia en el país de las maravillas.
Claro que te elegí porque llevabas municiones.
Y aquí está esto: Un rato que te busca
el deseo descuartizado esperando su último minuto
y tu maldito misterio que no me dejó aburrirme.
Y mis vacío queriendo que lo llenes.
Pero si no puedes besarme la boca
no dejo que la boca te hable
pero la mente, la mente siempre te grita.
para que tu subjetividad se posara en mi belleza.
Luego se me cayó la mano.
Volvió al centro de mi cuerpo la sensación del amor escolar.
La repetición de escenas y el deseo de complicidad
eso, la repetición.
Eres mi sabor favorito.
La belleza está en las cosas que ocultas
porque la belleza desintencionada es la de verdad.
Aunque Todos los tú y todos los yo
que andan en la calle se indiferencian a propósito.
Tú a mí me arrancas la calma
y algunas tardes no estuvo tan mal.
Eres lo que no admito:
Los preciosos accidentes.
Malicia en el país de las maravillas.
Claro que te elegí porque llevabas municiones.
Y aquí está esto: Un rato que te busca
el deseo descuartizado esperando su último minuto
y tu maldito misterio que no me dejó aburrirme.
Y mis vacío queriendo que lo llenes.
Pero si no puedes besarme la boca
no dejo que la boca te hable
pero la mente, la mente siempre te grita.
Yo sólo quería que me respiraras, y eso es todo.
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