Fiona Apple

Hay emociones que no nos atrevemos a compartir en voz alta y decidimos valernos de las letras u otros medios para expresarlas; finalmente acabamos dando origen a puente que nos permite intimar con otros quizás sin conocerle. Creo que tenía 12 o 13 años cuando escribí "Nunca", un poema para la clase de castellano y literatura. Debido a esto la conocí sin que ella me conociera, me compararon con una persona completamente desconocida y no me irritó como de costumbre. Años más tarde mi relación con su obra creció y encontré coincidencias personales que me hicieron escucharla intensamente. Nuestra mente es un laberinto donde muchas veces nos perdemos, aún así en el pensamiento de otro podemos encontrar señales útiles para el camino. En fechas como estas ella y yo nos conocimos y recuerdo en mi piel la sensación de saber que no era el único en la llama de las aflicciones creadas por mí y por otros.

Mis escritos son la voz de lo que siento, de lo que a veces no me sale por la boca, de las cosas que aún no sé decir. Mi obra está influenciada por mentes que han sido gentiles con la mía. Fiona Apple es una de ellas.