domingo, enero 30, 2011
30 de Enero
Somos más frágiles de lo que te has imaginado. Llevo dos meses quejándome de una falla en mi baño y esta madrugada cuando los balas cercaban el cielo, tomé mi cámara y mi cédula más dos bolívares en el bolsillo, así me di cuenta que no había mucho que llevar. Entonces cuando bajé las escaleras pensé que no volvería a ver mi casa. Simplemente quise volver a preocuparme por lo del baño. Y cuando las personas empezaron a correr noté que una sola cosa importaba. Era la forma en que se pudiera ayudar.Entonces no hizo falta tomar ninguna foto, porque el rostro de madres y hermanos quedaron en la memoria. Porque la preocupación sería un estorbo cuando hace falta tanta esperanza. Y de pronto sin creer en Dios me puse a rezar. Porque "la pobreza robó nuestros zapatos dorados pero no se llevó nuestra risa".
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